Meditación sentado/a y cultivación de la quietud

Todos sabemos que nuestro cuerpo físico se siente cansado todos los días por nuestro estilo de vida y el trabajo, y que necesita reposo y recuperar su fuerza. Asimismo, nuestro cerebro debe recuperarse dado que también nos cansamos mentalmente. Para ello, debemos detener el proceso de pensamiento y hacer espacio para la regulación y recuperación de la normalidad. Hay muchos métodos de recuperación y rehabilitación, entre ellos la meditación sentado/a y la cultivación de la quietud nos ayudan a recuperar nuestra fuerza física y mental, y abrir nuestra sabiduría. De hecho, son el mejor y más veloz método para lograrlo. Cualquier persona puede practicarlos, no sólo aquellos que desean refinar su elixir y cultivar el Tao. Lo único que se requiere es estar interesado. Cada día, asigna treinta minutos, deja que tu cerebro detenga sus operaciones y relájate. No aplica la creencia de que cuanto más tiempo estés sentado, mejor. Sólo necesitas relajar verdaderamente tu cerebro. La meta más importante es que cada capa se recupere.

Cada día, al despertar y abrir los ojos, estamos siempre mirando hacia afuera, buscando afuera y contemplando afuera. Raramente contemplamos nuestra respiración, nuestros latidos, y el movimiento peristáltico de nuestros intestinos y nuestro estómago. Si tenemos la intención de ver hacia adentro, buscar adentro, somos capaces de abrir una nueva puerta, lo que hará que nuestros pensamientos y el tren de pensamientos sean más claros, marcados y perspicaces, y esto a su vez hará que nuestro cuerpo físico sea más fuerte, vigoroso y poderoso. Cuando nos embarcamos en la práctica de la meditación sentados/as y la cultivación de la quietud, se producen muchos fluidos (Jin Ye) dentro de la boca. Comparado con cualquier otro momento del día, durante la meditación se multiplica exponencialmente la cantidad de todo tipo de enzimas en nuestros fluidos. Este fenómeno puede elevar la inmunidad de nuestro cuerpo y mejorar sustancialmente nuestro bienestar.

Por tanto, después de terminar un arduo día de trabajo y antes de ir a dormir, asigna 30 minutos para la práctica de meditación sentado/a y la cultivación de la quietud. Sólo debes perseverar por un tiempo y descubrirás la influencia que estas prácticas ejercen sobre tu cuerpo. Hay muchos métodos para la meditación sentado/a y la cultivación de la quietud, sea el método que sea, el único requerimiento es que seas capaz de encontrar la forma de que tu cerebro se detenga, de permitir a tus pensamientos llegar al punto cero, el método con el que lo logres será el mejor para ti. Cuando se comienza a practicar la meditación sentado/a y la cultivación de la quietud, algunas personas no saben a dónde deben ir sus pensamientos; esto no importa. Al principio del aprendizaje todos tienen este tipo de situaciones o cuestiones. Por ello, muchos Padres Fundadores dijeron:

 “No temas al hecho de que puedan surgir pensamientos,

teme que lo notes demasiado tarde”.

La cita anterior ilustra que uno no debe esperar que surjan pensamientos, pero en cuanto éstos sean percibidos, uno debe tomarlos y cortarlos de raíz, evitando su desarrollo o seguimiento completamente. Si sientes que tus pensamientos han escapado, sólo tómalos y devuélvelos poniéndolos dentro de tu cuerpo, dentro de tu ombligo, mantenlos protegidos ahí y reenfócate en la relajación.

La meditación sentado/a y la cultivación de la quietud tiene tres niveles. El primero es para eliminar la enfermedad y lograr tener un cuerpo sano, fortaleciendo la psique y mejorando la constitución física. El segundo es para experimentación y exploración de lo inusual y extraño, así como adquirir poderes. El tercero es para el refinamiento del elixir y la cultivación del Tao, obtener un cuerpo inmortal de dimensiones y frecuencias superiores. Por tanto, las metas no son las mismas, y los requerimientos tampoco lo son. Por este medio sólo se puede dar una introducción muy simplificada.